· Sofía Sánchez Ramírez · Semanario Universidad
Estudiante haciendo examen de admisión

Los exámenes de la Prueba de Aptitud Académica (PAA) de la Universidad de Costa Rica (UCR) mantendrán las restricciones sobre los dispositivos electrónicos que capten audio o video para el proceso de admisión 2023-2024.

Así lo explicó Guaner Rojas Rojas, coordinador del Programa Permanente de la PAA del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP-UCR). Dentro de las medidas, se mantiene la prohibición de utilizar dispositivos antes, durante y después de la aplicación del examen, así como su uso en el edificio o sede de aplicación.

Los exámenes de la Prueba de Aptitud Académica (PAA) de la Universidad de Costa Rica (UCR) mantendrán las restricciones sobre los dispositivos electrónicos que capten audio o video para el proceso de admisión 2023-2024.

Así lo explicó Guaner Rojas Rojas, coordinador del Programa Permanente de la PAA del Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP-UCR). Dentro de las medidas, se mantiene la prohibición de utilizar dispositivos antes, durante y después de la aplicación del examen, así como su uso en el edificio o sede de aplicación.

“Se va a seguir el mismo proceso, con el refuerzo de garantizar la minimización de uso de aparatos electrónicos (…) En términos de aplicación se va a mantener el mismo protocolo, siempre es muy cuidado pero sin mayor variación”, agregó.

Estas medidas causaron reclamos por parte de estudiantes en noviembre del año pasado, cuando el Instituto recibió 27 solicitudes de apelación por parte de aspirantes universitarios a quienes les anularon el examen por uso de celular, según lo que entonces afirmó el director del IIP, Javier Tapia, a UNIVERSIDAD.

En ese momento, se les anuló la prueba a las personas aspirantes a las que les sonó el teléfono antes de realizar los ejercicios, o que salieron del aula respectiva cuando finalizaron la PAA, pero que sacaron y utilizaron su teléfono mientras se encontraban en las instalaciones.

Por esto y luego de indicar que se les volvería a aplicar los exámenes a estas personas en la sesión del 15 de noviembre del Consejo Universitario (CU), Tapia aseguró al Semanario que el IIP conformó dos grupos para recalificar la prueba a los 27 aspirantes que reclamaron.

El primer grupo lo conformaron las personas a las que les sonó el teléfono antes de iniciar su prueba, que luego fueron convocados para realizar una extraordinaria. El segundo grupo lo integraron los educandos a los que se les anuló el examen cuando ya lo habían terminado, por lo que se acordó calificar de nuevo, puesto que ya lo habían realizado y entregado.

Sobre el protocolo que se seguirá utilizando, Rojas comentó que los aspirantes deben ingresar a la sede de aplicación de la prueba con sus dispositivos electrónicos apagados, lo cual debe ser verificado por las personas que aplican y vigilan la prueba. Por tanto, en el caso de que utilicen los dispositivos en la sede de aplicación, se les anulará el examen.

“Normalmente hay un coordinador y un aplicador de apoyo, entonces, esa verificación se hace antes de que entre la sede. Una vez que está dentro de la sede, el aplicador tiene que hacer una segunda verificación antes de que entre al aula, porque la aplicación inicia en el momento en que alguien entra a la sede de aplicación. Termina hasta que salga de la sede de aplicación”, agregó.

Sumado a esto, el coordinador indicó que el estudiante no puede quedarse en el lugar de aplicación, por lo que existe una persona encargada de supervisarla cuando sale de la prueba para indicarle el camino de salida: “Al momento en que sale del aula porque terminó, o inclusive porque salió al baño, siempre tiene que haber esa supervisión en esa salida”.

Uso de bolsas plásticas

Otra medida que el IPP utilizó el año pasado durante la aplicación de la PAA fue el uso de bolsas plásticas, la cual consistía en guardar el celular en una de las bolsas suministradas por la Universidad para prohibir su uso. Actualmente, el Instituto está valorando la posibilidad de mantener la medida.

Rojas indicó que “no está todavía terminado de decidir”, si se mantendrá el uso de bolsas, dado a que depende del presupuesto y de las decisiones de las autoridades universitarias, sumado a que aún faltan “comunicaciones adicionales para concretar algunos detalles” sobre la prueba.

“Todavía no hay ninguna decisión concreta en este momento. Pero (para) el protocolo tal como estaba el año pasado, posiblemente, ya no puede haber ningún cambio específico porque no vamos a improvisar (…) Las reglas del juego del año pasado todavía van siguiendo, a menos que haya un cambio adicional de la administración”, comentó.

Cambios favorables en la PAA

Rojas explicó que la PAA se ha fortalecido en distintos ángulos, como la reducción de desigualdades por género, colegios públicos y privados, e incluso ampliación de sedes de aplicación. Esto, según indicó, se logra visualizar a partir de la información sociodemográfica de los aspirantes.

A manera de ejemplo, recordó que “hace muchos años” existían preguntas en la PAA relacionadas con ciencia y tecnología que “eran más cercanas” al grupo de hombres, por lo que estas “favorecerían a un grupo en particular, pudiendo haber otro contexto perfectamente neutro para ambos y que perfectamente puedan responder”.

Por tanto, afirmó que el programa ha nivelado estas diferencias con la información que contienen las preguntas, por lo que “ya a nivel global las diferencias van desapareciendo. Que de hecho lleva muchos años en que la diferencia a nivel de promedios es nula técnicamente”.

El investigador dijo que existen registros que demuestran la disminución de desigualdad por género en la aplicación de las pruebas, de acuerdo con un análisis que el instituto realiza llamado tamaño de efecto.

“Se le denomina así, tamaño de efecto, para garantizar si la diferencia es débil o fuerte. Entonces, los tamaños de efecto que hemos verificado son tamaño de efecto pequeño, que digamos que son casi cero”, comentó el investigador.

En cuanto al aumento de sedes de aplicación en zonas rurales, Rojas indicó que “desde hace años” pasaron de tener 100-150 zonas de aplicación. Ahora pretenden gradualmente llegar a la cifra de 500 en este año.

“El acceso en algunas zonas está limitado por la salida de autobuses o por algún transporte público o privado inclusive, pero hay zonas donde el traslado del lugar donde vive la persona hacia donde tenemos la sede puede resultar que sean varias horas. Entonces, con la idea de poder minimizar eso se busca un punto de encuentro de manera que minimice los traslados de las personas, sobre todo en zonas más rurales que en algunas ocasiones solo hay un bus que entra y sale al lugar y que ya después no hay nada”, finalizó.